Clima: La generación de energía a partir de la radiación solar no requiere absolutamente ningún tipo de combustión, no surge ningún tipo de polución, ni emisiones de biòxido de carbono que incentivan el efecto invernadero.

Geología: Las células fotovoltaicas se fabrican principalmente de silicio, que se obtiene de la arena (abundante en la naturaleza) y del que no se requieren cantidades considerables. La creación de paneles fotovoltaicos no altera la geología del lugar donde se obtiene.

Suelo: Durante el proceso de creación de energía eléctrica a través de celdas fotovoltaicas, no se genera ningún contaminante, no se vierte ningún tipo de substancia al ambiente, no hay ningún movimiento de la tierra que puedan afectar el entorno en el que se encuentran.

Flora y Fauna: No se tienen repercusión sobre la vegetación, y al eliminarse los grandes tendidos de cables eléctricos incluso evitan cualquier posible efecto hacia la fauna local.

Paisaje: Los paneles de células fotovoltaicas se pueden integrar de manera natural y armonizar el medio en el que se encuentren, teniendo un impacto visual mínimo. Muy importante identificar que al tratarse de sistemas autónomos, se elimina la alteración del paisaje con postes y líneas eléctricas.

Ruido: El sistema fotovoltaico no produce absolutamente ningún tipo de ruido al medio ambiente en el que se encuentra.

Es un recurso inagotable, y completamente renovable.

NO contamina.

Permite altos ahorros de electricidad, así como de agua.

No tiene impacto a la calidad del aire o los suelos en los lugares donde se aplique.

Contribuye eficazmente al cuidado del medio ambiente.

Su aplicabilidad y fácil instalación la hace muy versátil para implementaciones residenciales e industriales.